Lobo, pieza perdida aborda la maternidad, la muerte y el deseo a través de un duelo íntimo e inabarcable, narrado por una mujer atrapada en su dolor.

“Este amor tan grande”, dirigida por Andrea Servera y con poemas de Marie Gouiric, entrelaza danza, palabra e imagen en una puesta íntima y sensible. La obra, presentada en Fundación Cazadores, explora la ternura y sus grietas a través de cuerpos en movimiento, fotografías y versos que evocan memorias compartidas. Evelin Bottani destaca cómo lo visual y lo poético dialogan en tensión: a veces potenciándose, a veces opacándose. La fragilidad técnica se transforma en metáfora e

Un creador que deja huella: homenaje sensible y crítico a la obra y legado de Mauricio Wainrot en la danza argentina y latinoamericana.

Mirar al río explora la memoria y el dolor de los cuerpos ausentes en una poética escénica de símbolos y resistencia.

Dos obras de Margarita Bali en el Palacio Libertad exploran, entre cuerpos y galaxias, el arte de moverse en el tiempo.

Un cuerpo que insiste, una máscara que revela. Ego propone una danza vital, imperfecta y profundamente compartida.

Una obra sobre vínculos, poder y ambición que tensiona lo ético y lo poético en una escena tan íntima como feroz.

Colosa de María Kuhmichel expone, en danza-teatro, la lucha entre deseo e imagen impuesta, en una búsqueda de identidad sin concesiones.