top of page

"Juego del tiempo": la danza como relectura del yo.

Actualizado: 31 may


-Por Martina Pawlak




Margarita Bali sigue bailando en escena a sus 81 años. Una memoria muscular vigorosa se trasluce en su lenguaje corporal, lo que indica que su identidad es inseparable de la danza. Desde sus caminatas hasta sus développés, pasando por una gestualidad clownesca, Juego del tiempo pone de relieve la trayectoria de una artista camaleónica.




Margarita es hipnótica. No puedo dejar de mirarla ni un minuto desde que empieza la obra. Incluso cuando camina aparece aquello de lo que habla Marie Bardet en el capítulo “Caminar” de Pensar con mover: “el caminar es cotidiano, ciertamente, en el sentido de que constituye la acción cotidiana de todo el mundo, acercándose a espectadores que no se sienten puestos a distancia del movimiento danzado [...]” (Bardet, 2012, p. 67). La caminata inicial de Margarita desjerarquiza: es una invitación a recorrer con ella sus más de cinco décadas de trayectoria.


Juego del tiempo
Edit: Mariné


Se mueve por el escenario de formas diversas: hay giros, pausas, cambios de ritmo y peso que nos hacen reflexionar sobre aquello que permanece tras el movimiento. La intérprete circula, sugiriendo que también la identidad es circular, cíclica. Las extremidades pendulan como agujas de un reloj; el cuerpo es un mapa donde se despliega la propia historia.

La obra se define como una “relectura de su patrimonio artístico”. Margarita se planta en el espacio escénico, retoma los gestos de mimo de su etapa en Nucleodanza –compañía que fundó en 1975 junto con Susana Tambutti–, da direcciones actorales, baila con su propia sombra. Su faceta como artista visual acompaña toda la pieza: se proyectan materiales de archivo de videodanza de los años 80 hasta sus obras más recientes.

La pregunta por lo identitario es central: ¿qué es la danza sino la puesta en marcha de la propia identidad? El oficio aparece como estructurador de la personalidad: somos lo que hacemos todos los días durante años, incluso décadas. Bali también despliega una dimensión actoral: no solo baila, sino que habla, da direcciones escénicas a bailarines invisibles (en alusión a su oficio coreográfico), y se sienta a observar mientras se proyecta sobre su espalda un mapping con las cartografías de su pasado.





Juego del tiempo
Edit.: Mariné

Una de las partes más conmovedoras es cuando Margarita contempla las proyecciones del archivo de Nucleodanza. Lo múltiple del yo caleidoscópico aparece refractado y multiplicado, por ejemplo, en las imágenes de Escaleras sin fin. Los frames de los videos conviven como capas de una personalidad cambiante, vertiginosa. Si la artista es su obra, entonces es el yo lo que vemos reproducido ad infinitum.

La obra también nos invita a sumergirnos en la Margarita bióloga. Recordemos que originalmente Bali se formó en Ciencias Biológicas en la Universidad de California. Tanto lo acuático como lo aéreo aportan textura: el universo artístico y el animal se unen en una escenografía rica en matices visuales y sonoros, llena de peces, medusas, el vaivén del mar y cantos de pájaros.

La inspiración proviene de diversos lenguajes, tanto artísticos como científicos. En uno de los textos se menciona a Madame Bovary y a sus amantes. Además, se proyectan imágenes de bailarinas nadando en el mar, superpuestas con videos de medusas y animales marinos. Esta analogía visual remite a la concepción de la danza de Paul Valéry, citada por Bardet: “La más libre, la más ligera, la más voluptuosa de las danzas posibles se me apareció sobre una pantalla en la que se mostraban grandes medusas: en absoluto eran mujeres y no danzaban” (Bardet, 2012, p. 42).

Sin embargo, al contrario de esa concepción etérea e invertebrada, el cuerpo en escena de Margarita es firme, terrenal y pleno. Su presencia escénica ha ganado fuerza con los años. Y si la obra es lo que queda de nosotros incluso después de abandonar el plano físico, Juego del tiempo es una celebración en vida de los ecos que reverberan tras el movimiento de un cuerpo en el espacio-tiempo.

Porque hacer arte es un oficio —en este caso, por partida doble—, la obra homenajea a todas las Margaritas que habitan en Bali: mujer de ciencias y artes, bailarina, coreógrafa, pionera del videodanza y más. Contra el prejuicio de que la carrera de un bailarín termina antes de los 40, Juego del tiempo nos recuerda que la danza puede ser para toda la vida.



JUEGO DEL TIEMPO. Idea: Gerardo Litvak

Intérprete: Margarita Bali

Vestuario: Mónica Toschi Escenografía: Graciela Galán

Diseño sonoro y música: Gabriel Gendin

Máscaras: Eugenia Bekeris Video: Margarita Bali

Audiovisuales y asistencia técnica: Agustina Piñeiro

Iluminación: Eli Sirlin

Asistencia coreográfica: Carla Rímola Producción: Equipo JDT

Coreografía: Margarita Bali

Dirección: Margarita Bali y Gerardo Litvak





Comments


Bio

1735245043988.jpg

Críticas

Si te gusta Revista Mariné y querés ayudarnos a crecer, podes comprarnos un cafecito desde $400

 

(https://cafecito.app/revistamarine)

Etiquetas

© 2024 by Creaciones Ju. 

bottom of page