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Un cuerpo que escribe en junio desde la Ciudad de Buenos Aires. No es lo mismo estar afuera, que estar adentro, eventos citados: "La caída después de", "Cabaret Onírico en pantuflas", "Vedettchongas"

Actualizado: hace 4 días

Por Jezabel Amin


Voy a narrar cuestiones entrelazando vivencias desde las calles, las salas de ensayo, la casa, la cocina, el baño, F.A.C.E., milonga La Discépolo, Cabaret Onírico en pantuflas, La caída después de. Quienes ya me han leído, saben que mi tendencia es el collage. La realidad no es fácil de leer, no es obvia. No soy traductora del caos (lo intento). Soy un cuerpo que escribe con los ecos de los cantos peronistas y que en tiempos convulsos pretende defender el bienestar. Pensando desde los intersticios defiendo la composición de la alegría, esto implica el reconocimiento de la tristeza. Estas líneas vienen en relación a unas anteriores que tenían que ver con el duelo que sigo atravesando por la muerte de mi perro. Cargo con muertos del pasado, del presente, del futuro. Como toda la humanidad. A veces creo que puedo desafiar los límites lingüísticos, no lo logro. Después caigo, hago berrinche y sigo bailando. Confieso mis ganas de visibilización de las potencias silenciadas y evoco palabras que pretenden cuidar la continuidad de las dimensiones artísticas de la vida. Dentro y fuera de los escenarios. Me interesa la responsabilidad social del arte. Lo singular y lo plural entramado: teatro, milonga, cabaret, San José 1111, Plaza de Mayo. En el mundo de las guerras, tomo posición: quiero que se escuche un silencio y se gesten nuevas comprensiones de lo real.


Con el deseo de bienestar propio y ajeno y nutrida por la técnica Alexander y el agua de la alcantarilla, para encontrarme, comparto procedimientos que podría desarrollar en un sitio específico pero que filtro en estas hojas, porque quiero que mis palabras viajen más allá de las salas de ensayo. Escribo porque tengo miedo de morir sin ser alguien para alguien. 


Con el deseo de expandir el cuerpo, escucho historias de personas de acción. No sólo quiero imaginar el fin del mundo por eso rescato tesoros del presente como Ludmila Fincic y Pablo Rodríguez. Escribir en la tierra del rey loco es todo un desafío, necesito conversar con otrxs. Ir de lo tanático al eros, todas las veces que sea necesario. Esa es mi propuesta. ¿Vamos?


Palabras después de escuchar a personas de acción, Ludmila Fincic y Pablo Rodríguez.


Ludmila Fincic me hizo conocer @cabaret.experimental y el 14 de junio disfruto de Cabaret Onírico en Pantuflas, paso un sábado extraordinario. Quise saber un poco más sobre su trayectoria y en contexto de ensayo, conversamos unos días después. 


Pablo Rodríguez es el organizador de la Milonga La Discépolo, entre otra serie infinita de cosas y también quiero escucharlo. 


Fundar un lugar que habilite el encuentro, un teatro, una milonga, un cabaret, es una decisión política. Escribir también y siempre es pensando que hay alguien más que “yo” en estas hojas. No puedo viajar sola queridx lector por eso te pregunto a vos. ¿Qué te hace bien? ¿En qué lugares podés sentirte segurx? ¿Adentro o afuera del espacio público? ¿Adentro o afuera de tu casa? ¿Adentro o afuera de tus pensamientos? ¿Tenes un terreno dónde podes bailar en libertad? ¿Cómo transformas el dolor? ¿Es posible la alegría en este mundo? ¿Se puede pretender componer alegría sin caer en el totalitarismo de la felicidad? ¿Querer vivir desde el amor teniendo consciencia social es una utopía? ¿Creés posible tu felicidad sin vivir con culpa lo que no pueden vivir los demás? ¿Se puede vivir con más amor y menos miedo en el mundo de las guerras?

No vengo a dar respuestas, dejo preguntas. Para lxs que recién me están empezando a leer, les cuento que suelo compartir herramientas que practico en clases y en mi cotidianidad para cuidar la vitalidad: pausa observacional respirada, mapeo corporal en clave inhibición alexandrina, mi testimonio en relación a cómo lo que pienso afecta mi biología y viceversa. Me preocupa el cuidado de mi potencia libidinal. Estoy inquieta, por eso practico la calma. Hoy me da curiosidad saber por qué a veces cuando me notan contenta me llaman loca o me preguntan si veo las noticias. Me invento la misión de cuidar la vida, porque tengo conciencia de la muerte. Escribo con un propósito, todos los días. Y tengo en claro que mis denuncias y grandes proclamaciones no sirven para nada pero sigo escribiendo. Insisto en hilar sentido y no olvido a las mujeres que bailan. No puedo dejar de seguir los ríos invisibles de la esperanza. Celebro a las artistas de Cabaret Experimental, a F.A.C.E., a mis memorias recicladas en Milonga La Discépolo, a mí misma cuando sonrío de verdad. Todavía creo en la verdad del corazón y quiero componer vida inteligente (no soy artificial). Soy mente, cuerpo y espíritu para Perón. Unidad psicofísica para la técnica Alexander.


¿Quién soy? ¿quién quiero ser? ¿Cómo es danzar en la Argentina desde la Ciudad de Buenos Aires? ¿Cómo cambiamos el mundo? 


Mi mamá diría que esta pretensión oculta en la última pregunta es adolescente. “Cuando crecés, te das cuenta de que no se lo puede cambiar”. Jeza quiere hacer algo bueno por sí misma y por otrx siendo una mujer adulta y necesito confiar en alguien más. Hasta ahora había elegido la lejanía para poder ver de un lado y del otro. Acá no hablo de rivalidades presidenciales, hablo de mi mamá y mi abuela. Esta última era fanáticamente peronista. Me dejaba figuritas en el cenicero con la cabeza de Perón y decía que había sido Evita, quien se convirtió en una especie de hada madrina en mi imaginario pre-adolescente. Mi abuela contaba cuentos de cómo esa mujer había cambiado su vida, contaba anécdotas sobre las disputas con la oligarquía, la defensa de los desposeídos, la crueldad con que algunos salvajes celebraron el cáncer, su vivencia de los bombardeos del 1955. La vida era un gran misterio, pero tenía mujeres que me contaban cuentos y eso me servía para entender, para ir dibujando un mapa de creencias. 


Mi mamá era bastante crítica del General y terminó eligiendo a un defensor brutal del menemismo como su pareja. Con 12 años “yo” escuchaba abierta, sin entender mucho. Ambas daban una versión de lo real muy contundente. Cada relato cerraba, había malos, buenos, sólo que cada una ponía otros personajes para contar quién era quién. Acá escribo deliberadamente en masculino. En ese entonces no había nada en el lenguaje que me hiciera pensar que existía otra cosa que ser hombre o ser mujer. A veces creo que esta manera de contar lo real, es un problema. Otras veces creo que no puedo evadir lo dialéctico a la hora de pensar la vida como diálogo. 


Lo real no es binario, eso lo tengo claro desde hace mucho tiempo, desde antes del lenguaje inclusivo haciendo un desvío neuronal en mi cabeza. 


¿A vos qué te pasa con las narrativas de estos días? ¿De ayer y de mañana? Te invito a tomarte en serio el juego de la vida y de la composición de los tiempos, escribí tus líneas todos los días. Pasan cosas con eso, te lo digo porque soy zorra vieja y te quiero bien.


Un cuerpo que escribe en junio

PH: Jezabel Amin. Edit.: Mariné.

Escarbo en mi historia familiar para bailar escribiendo también desde la Historia Argentina.  “Yo” no entendía del todo ni antes ni ahora, pero sentí la emoción que mi abuela debe haber vivido al cantar la marcha peronista en la plaza. La emoción del amor ayer en estos días de junio. San José 1111, Plaza de Mayo, un cuerpo que escribe actualizando horas de infancia con la películas de Leonardo Favio, con las historias de mi abuela, con las anécdotas de fábricas y clubes de barrio, con la canción de Te recuerdo Amanda llorada una y otra vez. Canciones de la Revolución. Alguna vez también mi madre creyó en ella. Un otro mundo posible y mis ganas de bailar, se entrelazan las memorias y el deseo de que exista otra realidad, donde podamos ser felices. La danza entre lo singular y lo plural, entre minúsculas y mayúsculas, sin tantas guerras. 


¿Creés posible la felicidad? ¿El paraíso perdido es un cuento inverosímil? 


Confieso mis ganas de fundar otra historia (o de rescatar lo mejor de las viejas) y aunque no soy académica especialista, me atrevo a escribir sobre la pureza perdida.


Soy un collage, pertenezco a una familia de putas pobres y lectoras. También confieso mi deseo: no quiero ser mujer paráfrasis. No soy mi abuela ni mi madre, aunque también soy ellas. Quiero ser otra. ¿Vos quién sos? ¿Quién sos Ludmila Fincic? ¿Quién sos Pablo Rodríguez?


Curiosa converso con personas que catalizan energías y crean las condiciones para que existan momentos de placer. Porque en el mundo de las guerras, reivindicar el placer, la alegría posible, la esperanza es lo que muchas personas necesitamos. Sin caer en la negación, la evasión, el delirio evangelista o el goce neurótico. Voto por los encuentros aunque atesoro las horas de soledad. Teatro, milonga, clases, ensayos, café, mate, dispositivos que organizan la interacción social. La comprensión es vincular. Hay lugares más propicios que otrxs para encontrarnos.


¿Cuánto es verdadero en los encuentros públicos? ¿Puedo hablar de la verdad? 


No soy filósofa, socióloga, politóloga. Soy una mujer deseante con ganas de bailar. Un cuerpo que escribe con ganas de besar y no puede salir de las hojas. Me interesa la vida adentro y afuera, ayudame. Tal vez podés darme una mano. Abrazame. Quiero realidad y no sólo fantasía organizada (tal vez eso evoca la palabra Revolución o Paraíso). 


No quiero pronunciar palabras que no haya vivido y confieso, algo de mis ganas de estar en la calle, en las plazas, en los teatros, en la milonga tal vez tiene que ver con el deseo de intimidad. Nunca es sólo narrar la experiencia, quiero vivirla. Mi curiosidad erótica me hace despertar pensando en texto. No sé qué hacer con mis ganas de dejar de ser mujer paráfrasis. Entendí que algo muy concreto de mí sí morirá algún día y quiero estar a gusto con el cuadro total. La vida es la obra. Y hablo desde el “yo” para hablar con vos, imagino que como humanos tenemos algo en común. ¿Qué tenemos en común vos y “yo”? Mi deseo está encendido y lo redirecciono hacia vos. ¿Cómo vivís tu cuerpo en estos tiempos convulsos? Date tiempo, date espacio, conectá con tu respiración y observa sin corregir por un momento. Habitá tu peso mientras descansás la espalda en silencio ¿es posible? ¿Podés descansar bien en estos días? ¿Bailás tu deseo o el de alguien más?


Quien desea y hace obra, evita convertirse en un pantano apestoso. Por eso, para no morir, escribo. Dentro del caos, algo mío quiere ordenar algo hacia una dirección. A ver si me animo actuar el deseo, dejarme tomar, observar lo que sucede mientras sucede. ¿Vos te animás? ¿Soy dueñx de tu vida?



Junio peronista ¿primeras aproximaciones a la Revolución? ¿Qué significa esa palabra para vos? 


Estar ahí. El 10 de junio visito las cercanías de San José 1111, veo bailar a Cristina Kirchner en el balcón. Estar presente no es lo mismo que ver desde la pantalla del celular ni desde un escritorio lejano. Cuando los cuerpos cambian el uso del espacio público, se produce un acontecimiento, algo interrumpe el paisaje habitual de las cosas y me recuerda la posibilidad de otras maneras de vivir. Estar entre otrxs como un modo de transformación energética, sentir distintos los talones y la espalda en el balanceo compartido, ser acunada por la marcha peronista y el himno nacional, saltar con otrxs.


Qué bien le hizo a mis hombros escuchar la voz de Cristina en la plaza del 18 de junio, vivir el silencio de una multitud expectante. El momento de escucha grupal en la Plaza de Mayo quedará grabado a fuego en mi memoria. Entendí a mi abuela hablando de Perón y Evita mientras escuché a una madre que le decía por teléfono a quien imagino sus hijxs: “calienten las tortas fritas, las dejé en el horno”. La vida en los pequeños y grandes gestos, la plaza peronista, cultura en acción. El humo del puesto de choripan entre el cabildo, los faroles desnudos, el rumor de la danza de las banderas me susurra al oído todavía. Con eso escribo. La alegría de cantar juntxs me renovó las esperanzas de otra vida posible. ¿Cuánto dura? 


No es lo mismo estar adentro que afuera. Metete en la Historia.

Un cuerpo que escribe en junio
PH: Jezabel Amin. Edit.: Mariné

Había empezado junio con alegría como palabra elegida (ver la nota anterior o la anterior), justamente por estar muy triste y no entender del todo el cuento del mundo. Proponerme cuidar lo posible sin desconocer la enorme problemática social en dónde vivo, tuvo efectos. Invito a vivir como posible y necesario el diseño de los días. Invito a que estemos cerca con más amor, con menos miedo.


¿Cómo querés empezar un nuevo mes? Llegó el invierno, llega julio. Regalate una palabra al iniciar el mes con la que quieras salir a caminar, hace una lista de las cosas que querés dejar atrás, quemala. Armá tus rituales.


¿Qué semillas pensás para el futuro?


Para lxs lectores recién llegados, les cuento que suelo compartir herramientas que practico en clases y en mi cotidianidad para cuidar la vitalidad: pausa observacional respirada, mapeo corporal en clave inhibición alexandrina, mi testimonio en relación a cómo lo que pienso afecta mi biología y viceversa. Probemos:


pausa observacional respirada. Me doy un tiempo de descanso constructivo y te invito a practicar lo mismo. Percibí tu lugar en el mundo, ¿dónde estás ahora? El peso de tu cuerpo ¿cómo está organizado ahora? ¿Podés atender a la distancia entre un hombro y el otro? ¿De qué manera estás respirando? ¿Cómo están las plantas de tus pies en relación a tus caderas? Inhibí ir hacia la corrección, observar, sentir, pensar. ¿Cómo estás respirando? ¿Cómo te sentís? 


Desde vos y con tu voz. Escribí unas líneas todos los días, dale. 


Ojalá siempre puedas rescatar las potencias amorosas y a diario sepas darte un mimo, regalarte un movimiento, una serie de respiraciones conscientes, compartir unos mates, conversar con alguien más, ¡bailar! 


Creyendo que lo que me hace bien, puede hacerle bien a alguien más, comparto procedimientos de autoobservación. Pero si la calma, la composición de un cuerpo disponible, si el descanso constructivo, la escucha, la observación, la escritura, es para pocxs… si lo que hacemos en una sala de ensayo o en la milonga para encontrarnos, no sirve para detener las muertes en Gaza ni en casa. Entonces, ¿para qué? ¿Para qué hacemos lo que hacemos? ¿Para quién? ¿A quién le dedicás tu vida? Quiero ser coherente entre lo que pienso, siento, hago, a veces hablo en plural, a veces en singular. “No tengas miedo, te doy estas palabras”. Cito a Santiago Lozza, texto trabajado en las clases de Fagner Pavan en F.A.C.E., uno de los lugares donde se hace el bien en la Argentina. Quiero que lo bueno siga latiendo y escribo curiosa respecto a la carga erótica que tienen las creaciones humanas y rescato a las personas de acción. A Pablo Rodríguez también. Evoco a la Milonga La Discépolo, una propuesta que se anima a tomar posición política desde 2012, es justo una de las cuales me gusta visitar con regularidad en este último año. No creo en las casualidades. Sentir, pensar tu cuerpo, abrazarte y abrazar. Qué bien que hace el tango al tejido social. 


¿Qué tiene que ver la milonga con el cabaret y la situación política argentina? Te dejo esa pregunta que voy a seguir investigando. Agenciando sobre las contradicciones que me habitan, quiero ser fiel a mi deseo de rescatar las potencias silenciadas, las dimensiones artísticas de la existencia, todas las veces que sea necesario y escribir, escribir, escribir. 


Mi abuela me contaba que a Evita la trataron de puta. También a la presidenta, también a mí, ¿por qué la violencia hacia el poder femenino? ¿Por qué decir puta es insulto? ¿Por qué el miedo a la sensualidad y al erotismo desplegado? ¿Qué se les juega ahí? ¿Por qué tanta censura? ¿Qué pretenden controlar gobernando lo sexual? ¿Qué pretendo “yo”? Sí, me hago cargo de mi versión mojigata, que guarda, guarda años de calenturas para escribir. En vez de sexo, texto. ¿Por qué? Tal vez es sólo que necesito limpiar lo traumático o que estoy presa de ciertas normas sociales. Mi deseo más contundente y claro, está con él. Y él casi siempre está lejos, tal vez para Jeza pueda seguir escribiendo. Te estoy regalando el núcleo de mi “yo” acá, me pongo en crisis para transformar mi vergüenza en otro devenir de afectaciones. ¿Puedo disponibilizar mi “yo” hacia vos de esta manera y seguir existiendo? Viajo hacia el eros de los cantos peronistas, hago filosofía barata de los afectos y cito a mi mamá y abuela, al mismo nivel del General. 


¿Dónde vivo? ¿En la plaza, en una milonga, en el cabaret, en tu cama, en la cocina? Mis tiempos tal vez no estén necesitando equilibrio, sino radicalidad. Quiero asumir sin vergüenza a mi deseo. Mis tiempos son intensos, ¿los tuyos? ¿Qué espacios te permiten bailar tus ganas? A mí me hicieron bien las calles, la milonga La Discépolo, el recuerdo de mi abuela y de la mamá que conocí antes de que se la coma la copia del rey loco. La gente durmiendo en las veredas, revolviendo la basura, eso no me hace bien. Mi mamá alguna vez creyó que vivir en un estado bienestar era posible y después perdió los sueños entre ficciones tanáticas. “Yo” no me olvido de la palabra Revolución. Conecto con escritores del siglo pasado, a ver si encuentro la clave del sentido actual. La estructura vital de entonces no parece tan distinta a la de ahora. ¿O me estoy perdiendo de algo? Sin saber por qué, estoy más cerca del imaginario ruso en estos días y se suceden las sincronías. Todo ya fue escrito. ¡Socorro! ¿La magia racional existe? Tal vez podamos encontrar compañerxs de camino (también en los libros). Tal vez podamos seguir viviendo el sueño de un mundo mejor sin que todo se convierta en pesadilla. Sin cumplir la profecía de Huxley por favor.


Sospecho que lo importante es saber que la realidad no está definida ni es binaria, que podemos hacer otras. Ser otras, fracasando en el intento todas las veces que sea necesario. Redefinición querida Argentina. No sé si hay futuro glorioso hacia adelante. Hay necesidad de trabajo en condiciones que permitan cuidar los tiempos hoy.



Un cuerpo que escribe desde Cabaret en pantuflas y La caída después de.


El 13 de junio voy a Fundación Cazadores intentando recuperar las potencias ocultas del eros. Imágenes de mujeres que expresan qué es lo que necesitan, que son ayudadas por otras para obtenerlo, la hermandad, la cofradía. ¿Qué lugar le queda al Dios masculino protector en este escenario? Podes llenar la palabra Dios a tu manera. Dios, Capitán, General, Padre, etc. ¿Puede haber un equilibrio entre ella y él? ¿Él y ella? Las texturas, el cartón, la tiza, la renovación de las palabras escritas. Mezclar las lenguas, las danzas. En el lugar de Chacarita, todas las paredes en blanco me llaman la atención. Es muy distinto a F.A.C.E., la estética del barrio tal vez es más cheto por acá que Parque Patricios. Mi corazón sigue mirando al sur (nací en Lanús). 

Un cuerpo que escribe en junio
PH: Ana Rodríguez Baños Edit.: Mariné

La caída después de. El juego con las capas, los colores, el corazón colgado, la energía marcial, la energía tierna, la posibilidad de expresarse, la música, la narrativa cuidada de la luz, la atmósfera compartida y mi incomodidad en la butaca. Tal vez era “yo” con mis desesperadas ganas de bailar que no podía terminar de entregarme a la obra en todos los momentos. Y bienvenido eso, que cada unx haga su recorrido de afectaciones observantes. Estoy segura de que, si dejás que te pase lo que te pasa cuando mirás algo y nada más, sucede la magia. Fui porosa, permeable a Fundación Cazadores. Me propuse dejarme penetrar por las imágenes y también me permití decir “hasta acá”. Ahora necesito un silencio húmedo y volver a tener una cita con mi amante preferida: soledad. Escribo con ella de madrugada, mezclando memorias de La caída después de y la noche en @delatia.espacio con las diosas de @cabaret.exp y la propuesta de Cabaret Onírico en pantuflas. Recorrer una casa no es lo mismo que observar desde una butaca. Interesada en lo que le pasa a mi cuerpo con otrxs y con ganas de quitarme la vergüenza de la carne, vuelvo a ver una propuesta de @cabaret.exp. No quiero vivir sólo dentro de las hojas. Entro y salgo de mi casa con la energía de una zorra en celo.



Amo la manera que tienen de invitar al público que tienen Annanda Samarine, Ángeles Lescano y Ludmila Fincic. Ellas me hicieron disfrutar estar ahí, paseando de la entrada, a la cocina, al baño, al pórtico, para volver a bajar al lugar donde empezamos el recorrido. Elijo los espacios no convencionales para que sucedan las cosas. Me gusta el juego en los rincones. Las palabras de Ludmila enredadas a un reloj y esta manía mía de pensar los tiempos, mis deseos de transformación calzaron justo en la propuesta de Cabaret Experimental. El canto de Annanda es maravilla pura, la voluptuosidad magnética de Ángeles Lescano… terminaron de enamorarme.


Me sentí tan adentro que creo haber arruinado el momento final por querer ayudar con el telón. Tal vez ya estaba preparado para que sea otra la que lo manipule y fui con torpeza a correrlo. ¿Quise ser una más de la Casa Cabaretera? Tal vez por las hojas en el piso con las que iniciamos el viaje es que me sentí parte del asunto, tal vez por las imágenes proyectadas, tal vez por las palabras, tal vez por el uso del baño como escenario, tal vez porque un tampón haya sido parte de la puesta sentí la experiencia de una forma íntima y verdadera. Insisto sobre la verdad, ¿dónde está en tu cuerpo? ¿Dónde percibís tu potencia? ¿Qué lugares, qué personas, qué prácticas te hacen bien?

La noche anterior al 14 de junio, vi La caída después de, ahí también mujeres se dieron lo que necesitaban entre ellas y se reciclaban en escena. Se ayudaban en despliegue y compartían situaciones de cuerpo para sentirse mejor. Las ví sentada al lado de la generosa Eugenia Estévez, en Fundación Cazadores, pero igual estar tanto tiempo en una butaca me resultó un montón. No desplazo mi incomodidad a la silla, me hago cargo. Eugenia bailaba ahí mirándolas, sacudía su cabeza. Ella pareció conectar de una manera profunda con la obra, “yo” por momentos, por otros no tanto y todo fue perfecto igual. 


Es que @cabaret.exp entró más directamente en mi investigación sobre ser la mujer que quiero ser. Ellas tomaron la pregunta de ¿qué es una mujer? La llevaron a escena y me involucraron como público con un gesto horizontal. Ellas cuentan cuentos desde la piel, desde sus vivencias, invitan a revisar la conciencia. 


¿Cómo dejo de ser niña y víctima? Si no le quiero pedir nada al Dios protector, Padre, Hombre, Amante, ¿cómo me hago cargo de mi “yo” mujer adulta? No quiero que un hombre me explique cómo ser mujer, ¿o nos co-producimos? 


Me quitaron la soberanía sobre mi poder sexual desde muy pequeña y quiero recuperarla. No debe ser fácil educar a las infancias, no reprocho nada ni a mi mamá y a mi papá a esta altura de mis años. Agradezco el pasaje de la vida y los amo infinitamente. Pero a otras personas turbias, sí les reprocho. Todavía guardo rencor, aunque defienda la alegría, pero quiero crecer desde otros surcos y recuperar la autonomía sobre mi deseo. ¿Cómo lidias con el resentimiento? ¿Cómo te limpias de las memorias del daño? ¿Cómo es tu relación con el placer en este mundo de muertes? Las mujeres de Cabaret Experimental me ayudan a refundarme, por eso las sigo. Verlas ese sábado 14 de junio me conmovió, me hizo reír, endulzó mis ganas de creer que puedo ser feliz. Si querés ser parte de un recorrido cálido, amable, dulce, no te las pierdas. Se puede pensar entrelazadxs, transformando afectaciones para volver a conectar con el placer adulto y responsable. Pronto ellas están en el Galpón de Guevara, ¡voy! ¿Vamos?

Un cuerpo que escribe en junio

Sigo con el juego con la memoria de los tiempos y no quiero viajar sola. Se va junio, intenso mes donde también compartí sonrisas con lxs jóvenes de F.A.C.E. A veces me siento un poco al margen de la energía casi adolescente de gran parte de mis compañerxs pero la celebro, me contagio de la posibilidad de jugar y de las diferencias aprendo un montón. Me despido de mi juventud acariciando las paredes del espacio que me transforma. Conocer lugares donde se trabaja muchísimo para sostener otra manera de habitar el presente nutre la esperanza inteligente. Teatro, milonga, cabaret. Hay muchos lugares que nos invitan a estar mejor. Lxs que vienen llegando al mundo, que no sólo escuchen y repliquen cuentos del horror. Que las guerras peronismo-anti-peronismo, sionismo-anti-sionismo, mamá-abuela no se coman las nuevas vidas que se están desarrollando. Que la muerte no se lleve todo. Cuidemos la ternura, la alegría, la posibilidad de compartir y tejer experiencias relacionales en espacios seguros, guiados por buenas manos, comprometidas, responsables, adultas, es indispensable en estos días (y siempre).


El 12 y 13 de julio se celebra la Segunda Edición de la Maratón de Arte Experimental con entrada libre y gratuita en Galpón F.A.C.E. En la próxima nota, más información y menos páginas, no quiero marearte. 

Un cuerpo que escribe en junio

PH Fagner Pavan, registro de uno de los trabajos en proceso. Performers @lautaro__joaquin y @jonabuehlerdance


Pensando en otrxs espacios que me hacen bien, ¿dije que conversé con Pablo Rodríguez? Ya sé que no estoy contando mucho de la charla en cuestión. Soy de metabolismo lento además otra vez como sucedió con Agustín Soler, decidí no grabar, escuchar, observar, dejar que pase la información. Pedí que me cuente algo de la historia de su historia con la milonga que funda en el 2012. El peronismo, la militancia, la política, la esperanza, la unidad básica, el hacer con otrxs, el ir más allá de unx mismo, la cocina, la gata, la mística. Su manera de hablar, ¿desde dónde nace su voz? Qué hermoso escuchar disponible otra vez. Soy una hoja en blanco. Aquel día de junio, por la tarde Ludmi y su historia dentro de la historia de su familia, después charlar con Pablo. Me traje recuerdos a los dedos para escribir pensando cerca de personas de acción y juego con los tiempos en mi memoria. ¿Dónde comienza y termina una conversación? Palabras en acción también pueden salvar tu mundo.


Vivir una transición, cerrando nota presente pensando en notas futuro.


Ya escribí demasiado y no llego a la síntesis apropiada del mes. Descarté la posibilidad de compartir mi diario porque serían demasiadas líneas y me dicen que los lectores ya no leen. No escribí sobre otras obras que vi, otras milongas que visité, siempre es más lo que se queda afuera. ¿Llegaste hasta acá? No sueltes mi mano.


Las próximas notas serán más cortas, parece que hay un asunto con el tamaño. Haré foco en F.A.C.E., líneas contagiadas por la atmósfera de cierre de un ciclo en un espacio que siempre voy a llevar en mi corazón. ¿Podes creer en la palabra “siempre” todavía? Otra publicación que imagino más cercana a mi mundo tango es la Milonga La Discépolo, que seguramente va a conversar más con Cabaret Experimental porque hay algo ahí en relación al placer y trabajo que me interesa y espero le interese a alguien más. Además, el 4 de julio voy a verlas al Galpón de Guevara, seguro me cargo de inspiración. ¿Vamos?


Trabajo, placer y bienestar en tiempos convulsos, ¿es posible esa tríada? Algo de eso necesito para fundar una nueva historia. ¿Vos qué necesitas?


Sentí tus apoyos, atendé a tu manera de habitar el presente. Dicen que el “ahora” es lo único que existe. Se que esto ya lo escribí. Juego con la repetición y la interrupción, tomo decisiones para dar permiso al desborde de la curiosidad y vuelvo a las preguntas.


¿Cómo estás? ¿Cómo querés estar? ¿Es posible que esa danza entre lo singular y lo plural sea con menos guerra? En F.A.C.E. parece funcionar, en @cabaret.exp, en la Milonga La Discépolo también. ¿Dónde más? ¿Cómo siguen las historias en la Historia? Escribí tus líneas todos los días, la vida es continuidad.


Que julio sea un mes de profunda, potente consciencia para todxs. Para volver de lo tanático al eros todas las veces que sea necesario. Muerte y resurrección. “Entrega, confianza y riesgo”, dijo Fagner Pavan. ¿Vamos?


Un cuerpo que escribe sólo quiere volver siendo otra. Eterno retorno, ¡no te quiero más! No quiero ser mujer paráfrasis, quiero ser una historia nueva. Y a vos, siempre te deseo lo mejor. Cuando quieras, me invitas un café. Toda mi escritura es una carta de amor encubierta.


Colaboraciones bienvenidas, soy una obrera también: abrazo.tango.danza



 
 
 

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