Un cuerpo que escribe cerrando octubre, se despide de una forma para ser otra.
- Jezabel Amin

- hace 1 día
- 6 Min. de lectura
Las prácticas artísticas como mecanismos que permiten transformar la carne.
¿Cómo atravesar el dolor y no morir? ¿Cuántos duelos puedo soportar?
Todo este año, sostuve el ritual de iniciar el mes con una palabra y ver cómo viaja ella conmigo en el tiempo. Invito a otrxs a hacer lo mismo. Con la palabra “cosecha” como bandera, desde principios de mes hasta aproximadamente el 15 de octubre venía trabajando en una nota teniendo a esta palabra presente. Mezclé cuestiones de mi pasar por El Tigre, mencioné algunas obras y reflexiones sobre mi estadía en el Taller de Montaje dirigido por Alejandra Oteiza y Martina Zapico.
En esa nota, volví a nombrar a F.A.C.E. y mis duelos. Confesé que, para atravesar una pérdida, volví a sumergirme en un proyecto de trabajo y formación actoral (en el Taller de Montaje Hotel Petit Chernobyl). También escribí sobre mi proyecto de obra escénica, volví a defender la importancia de lo singular en clave colectiva y otras cuestiones que me afectan. Lo individual también es social, somos ambientantes, como escuché decir a Eugenia Estévez alguna vez. Soy un collage de influencias, también un “yo”.
En esas hojas, dejé indicios que relacionan una frase de mi novio Artaud con mi manera de pensar la vida, me escribí en tránsito, en el medio de un mes, en viaje también por distintos proyectos en los que estoy involucrada. Viví este mes de octubre con la consciencia del Día de la Madre y de mis mujeres, pensando en el peronismo de ayer y hoy, en las elecciones, las guerras, la desigualdad. Un pastiche importante fue esa nota donde volví a practicar el intento de que se escuche mi voz en el magma de publicaciones. ¿Para qué? ¿A quién le escribo?
Me hice preguntas sobre mi ser mujer, sobre el diálogo con lo femenino ancestral, sobre la violencia y algunas otras cuestiones. ¿Para qué? Tal vez para nada ni para nadie. No siempre hay devoluciones de mis palabras y eso también es válido.
Ahora me pienso en relación al final del mes y no es lo mismo. Esta nota saldrá publicada hacia fines de octubre, cuestiones de organización de la Revista. Marina trabaja mucho para sostener este espacio, para dar lugar a otras voces y a veces le resulta muy pesado cargar todas las notas también. Es un montón para ella como madre responsable también estar gestando una otra familia, conteniendo, intentando sostener una comunidad creativa en tiempos de crisis. Mucho trabajo no rentable. ¿Por qué hacemos lo que hacemos? Teatro, danza, escritura. Tal vez es simplemente que así lo necesitamos y nuestra vida está en riesgo.
Así que acá estoy, escribiendo otra vez, un 28 de octubre, sin entender los resultados de las elecciones. Pensando más en dar cierre a una forma, en finales reales y sin ganas de grandes proclamas para defender las artes vivas. Ya mi discurso sobre el amor, la importancia de encontrarnos, los abrazos, el tango, los mates, no alcanzan. No llegan las palabras, las denuncias, las protestas. Ganó el rey loco, otra vez. No sé qué decir. Pensé que la ferocidad contra los más débiles y vulnerables no iba a ser tolerada por la mayoría de la población votante en Argentina. Estoy de duelo.
“No puedo con mi ausencia, mi dolor es un escándalo, por eso es necesario que se oculte”. Copio uno de los textos que aprendí en las clases de Prácticas Artísticas Contemporáneas de Fagner Pavan. Y descubro lo que ya sabía. Mi deseo por decir algo que cambie todo, siempre estará insatisfecho, pero no puedo dejar de intentar decir algo que guíe el sentido de mis días.
Caigo en el desgarramiento intestinal para poder comunicar la palabra muda que no sé leer. La desesperación por vivir el éxtasis de la consumación es tremenda, necesito pasar la vida y no llego. Mi libido está enfocada en el trabajo artístico y todavía no tengo una forma definitiva, pero hay signos.
“Es más importante lo que queda fuera de las hojas”, me recordó la gigante Marina G, profesora de Técnica Alexander. Pero “yo” en la hoja en blanco practico mirarme en el abismo y sé que no tiene fondo. Vivo esa fascinación. Mi deseo de poder salir de las hojas es real. Vivo la biología de esa metáfora. Necesito salir de las hojas, ¿me ayudás?
Voy a llevar mis energías la creación de un Taller Vital porque no puedo decir nada sobre el mundo hoy. Necesito hacer y deshacer. Doy atención a lo que conozco para compartir herramientas de trasmutación, ya no puedo más dar la energía a estas hojas como si fueran lo único que existe.
Amo la posibilidad de ser espectadora y escribir sobre las obras de otrxs. No soy pasiva, no existe tal cosa. Pero llegó el momento de que mi pluma pase a otro plano de densidad y para eso, debo retirarme. Necesito un silencio. Hacerme un bollito, caminar entre los árboles, liberar mi voz y nadar en el río. La naturaleza urbana me empuja hacia otra naturaleza. Ojalá pudiera viajar a San Juan para recolectar más datos de mi ascendencia huarpe, pero ahora no tengo esa posibilidad.

Lista de obras vistas durante este 2025. Habitación Macbeth (cinco veces y espero repetir), Fritz Agonista (varias veces también), Es Paria, Elefantes, Ruin (varias veces), Ruedos de un payaso (varias veces), Manifiesto Compost, Colúmbidas, Pedro Entre Páginas (dos veces), Nekro Romántica, Intimidad de lo Común, Das Ende. También fui a la Varieté que organizan mis compañerxs de la Escuela de Pompeyo Audivert, ¡una genialidad! El II Maratón de Arte Experimental sigue vibrando entre mis labios, los recuerdos de los afectos que circulan en sala, se mezclan fotos en mi memoria de años anteriores, el trabajo en las Residencias Conti- 12_24, del amoroso grupo de Ideas Descabelladas, toda la teatralidad de Estudio QP y las resonancias del trabajo de Ciudades Poéticas. Pero un año después de aquello, ¿cómo está el Conti? ¿A quién estás votando pueblo argentino? Me cuesta entender el mundo, ¿tendré qué aceptarlo?
La voz de Hugo Martínez también en Galpón F.A.C.E. todavía es un consuelo. Aún recuerdo gestos, miradas de lxs performers de Fuego Fauno. Si hay algo que puedo agradecer es la convivencia mental que tengo con las obras con las que entré en relación, enriquecen mi experiencia de vida y me dan ganas de volver a creer en que otras vidas son posibles. Sigo con la pregunta ¿a quién le escribo? ¿El lector es un espectador? Ser espectador no es una actividad pasiva. No existe tal cosa, repito. ¿Quién soy? ¿Quién sos?
A vos quiero llevar el foco de mi discurso y mucho tiene que ver con mi formación en técnica Alexander. Defiendo la posibilidad de gestar vida, el mundo es rudo y abrumador, si vivimos en estado de guerra y lucha constante, morimos. Cuidá tu vida queridx lector, “yo” no tengo que explicarte nada, juego a eso a veces. Nada más. Si te pido, no dejes que los podridos poderes del mundo se hagan dueños de tus pensamientos, regalate atención a tu respiración al menos una vez al día. Escuchá la manera en que estás respirando, atendé a cómo organizás (sí, cómo VOS organizás tu columna en el espacio). Pensá tu ancho más que empujar la cabeza hacia arriba por el deseo de estar en eje vertical y responder al mandato de la derechización. Escuchá tu carne, si nadie te abraza hoy, abrazate. Y tampoco caigas en el delirio purpurina de que el abrazo lo cura todo. Nada cura todo. Trabajo constante y perpetuo, sin imitar la naturaleza, ser ella. Escuchá un silencio, un “espacio entre” que te deje respirar.
Volviendo a alguna de las obras visitadas. Pedro Entre Páginas. Gracias por la experiencia de verme, viéndote. Hotel Petit Chernobyl, gracias por la resurrección, a todas mis compañeras actrices por el aprendizaje que permite meterse en la máquina teatral.
“Yo”, materia orgánica sigo investigando los aportes de las técnicas somáticas a lxs artistas de alto rendimiento. Me interesa también la especificidad de lo artístico en relación al contexto sociopolítico que habito. A veces pienso las obras como criaturas, a veces también como enunciados, ellas me dicen cosas y dejan huellas en mi digestión.
Entonces no es lo mismo ponerme en relación con una que con otra, con uno que con otro. No todo da igual. Quiero elegir a qué le doy mi atención y dejar de regalar mis ojos. Tal vez tenga que dejar de abrir mis párpados, enterrarme, florecer. Manifiesto Compost me hizo vibrar alto. Te vi en primavera. Las fechas son importantes. El 21 de septiembre no es el 31 de octubre, ¿qué permanece? ¿Qué se mueve en tus días? Si tomamos la hipótesis de que las imágenes generan acciones, ¿limpias tu mente de fotos antes de ir a dormir?
¿Cómo vivís? ¿Cómo querés seguir viviendo?

El paradigma sociopolíticoeconómico de este mundo es extraño. ¿Vos elegís ser normal? ¿Dónde estás? ¿Cómo vivís la relación con los tiempos? El tiempo del calendario grecorromano y al otro que sólo vos conocés, no dejes de escucharlo. Si el mundo se acelera, también permitite caminar lento y observar la manera en que estás respirando. Abrazá y abrazate, compartí un mate, bailá, escribí, andá al teatro…
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