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Nadine Duchini

Qué es la vida, sino un sueño. Sobre "Niebla" de Eduardo Fernandes Segundo


 

“Todas las novelas que se hacen, y no que se contenta uno con contarlas, en rigor no acaban. Lo acabado, lo perfecto, es la muerte; y la vida no puede morirse. El lector que busque novelas acabadas no merece ser mi lector; él está ya acabado antes de haberme leído”

Fragmento de contratapa de Niebla, Miguel de Unamundo. Editorial Íntegra.



Dos hombres sentados en una mesa,  una mujer parada en una escena de la obra NIEBLA.

PH: Cortesía de la Producción.

Edit.: Mariné


 

La adaptación teatral de Niebla, la célebre novela de Miguel de Unamuno llegó al espacio Multiescena y ofrece una experiencia intensa y reflexiva que invita al espectador a explorar las profundidades de la existencia humana y la lucha entre la realidad y la ficción. La obra, a cargo de Eduardo Fernandes Segundo, logra captar la esencia filosófica y emocional de la novela original y transportar al público a un mundo donde las fronteras entre autor y personaje se difuminan.



La trama se centra en Augusto Pérez (Eduardo Fernandes Segundo), un hombre atrapado en la niebla de sus propias dudas y anhelos. Las contradicciones y la vulnerabilidad de su carácter se ven en su obsesión con las “señales”, como si el universo lo estuviera guiando en su vida. El problema es que esas características de su personalidad que lo vuelven débil, también lo llevan a los brazos maliciosos de Eugenia (Nathalie Royer), que vive con sus tíos y da clases de piano para saldar las deudas que sus padres le dejaron al morir; la desesperación de valerse por sí sola la convierte en una mujer cruel, más que con carácter.


Augusto se obsesiona con ella y, en su insistencia por conquistarla, le propone pagar cualquier deuda que tenga y entregarle su corazón en bandeja, si fuera necesario. La desesperación por ser amado se presenta en carne viva sobre el escenario, tanto que provoca cierta incomodidad en el público: es casi perceptible como el espectador suspira de indignación ante la ceguera emocional del protagonista. Incluso cuando esta mujer lo rechaza, Augusto no se da por vencido. En su dolor, se lanzará en la búsqueda de su padre que nos llevará al final de la obra con un giro inesperado y tragicómico.



 


Otra escena de la obra teatral NIEBLA

A medida que la obra transcurre, todos los personajes parecen esconder un secreto o saber más que Augusto sobre algo, ¿pero de qué se trata? Esa duda pasa desapercibida como un condimento secundario que se reserva para sorprendernos hacia el final, cuando llega a su clímax dramático, la cuarta pared se rompe de manera inesperada y original.

 

La escenografía, simple pero evocadora y rodeada de niebla, complementa la atmósfera de incertidumbre. Coloca al espectador en esos tiempos de pedir permiso para dar un beso en la mejilla; tiempos de anarquismo; tiempos de gitanas que leen la palma de la mano. Una voz en off narra lentamente la historia, impregna de misterio el espacio y parece dialogar con quien mira, como dándole un papel al público dentro de la trama. Podría decirse que es de los condimentos más ricos que tiene la obra.



 

Esta versión teatral de Niebla no sólo rinde homenaje a la obra de Unamuno, sino que también la reinterpreta para una nueva audiencia: para quienes no conocen el famoso libro y quienes sí. Es una experiencia que provoca risa y angustia a la vez. Una puesta para filosofar y reflexionar sobre la dificultad que significa (simplemente) ser humano, pero principalmente las complejidades de amar. La frustración, el deseo, comprender quienes somos, siempre sometidos a una búsqueda incesante de algún significado de la vida. Habla de escuchar a nuestros amigos y verdaderos afectos, pero principalmente de escuchar la charla con uno mismo.


Recomiendo mucho verla.


 

Niebla. Obra original: Miguel De Unamuno. Adaptación teatral: Eduardo Fernandes Segundo. Dirección: Eduardo Fernandes Segundo. Actúan: Vivi Campos, Marce Chavez, Nacho Crevena, Eduardo Fernandes Segundo, Luis David Insua, Héctor Carlos Ramallo, Nathalie Royer, Ana Rosa Selaro, Daniel Volonté. Vestuario: Judith Barroso. Escenografía: Judith Barroso. Diseño gráfico: Valentina Rogers. Asistencia de dirección: Marcos Víctor Pablo.

Teatro: Multiescena, Av. Corrientes 1764, Capital Federal - Buenos Aires.

Funciones: Domingos de noviembre, 18hs.



 







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Ella es Mariné o Marina Amestoy, directora y fundadora de Revista Mariné.

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