El método que respira: leer a Zuain desde el cuerpo que investiga
- Marina Julieta Amestoy (Mariné)

- hace 3 días
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Actualizado: hace 3 días
Por Mariné Amestoy
Autora: Josefina Zuain Editorial: Segunda En Papel Año de publicación: 2025 Páginas: 250 ISBN:9798280600102
La propuesta metodológica de Zuain tensiona mis propios procedimientos de observación y lectura del movimiento. Un recorrido crítico desde SORM hacia una investigación situada, permeable y en constante deriva.
Investigar modos de investigar, de Josefina Zuain
(Desde la práctica *SORM)

Hay libros que no se leen: se interpelan. Hay libros que no enseñan: desordenan. Y hay otros, como Investigar modos de investigar (Zuain, 2025), que funcionan como un espejo movedizo. Una se acerca buscando un método y termina encontrándose en pleno proceso de desbordamiento y reorganización. Así me ocurrió. Lo abrí con la expectativa de ordenar un recorrido metodológico propio y descubrí que el libro exigía lo contrario: entrar en el barro, perder el orden, habitar el hueso de la práctica.
Leer a Zuain desde la investigación del movimiento implica asumir una provocación: dejar de pensar la investigación como un protocolo para comprenderla como un cuerpo en deriva. Ese desplazamiento atraviesa todo el libro y pone en crisis la idea de método como estructura previa. Aquí, investigar no es aplicar un esquema sino sostener una atención, permanecer en un estado de escucha, aceptar que el conocimiento emerge mientras se hace.
Archivo y grieta
Uno de los ejes centrales del libro es la relación entre archivo y práctica. No el archivo como depósito estático, sino como un organismo que pulsa: el que se arma mientras se escribe, el que se activa en el ensayo, el que se filtra en la vida cotidiana. Zuain propone pensar el archivo como agente y no como simple testigo, como una fuerza que atrae, reúne y reorganiza materiales sin necesidad de un método previo.
“El archivo también se construye con lo que circula en la vida diaria: mensajes, intercambios, capturas” (Zuain, 2025, pp. 50–51).
Esta concepción desplaza la idea de archivo como cierre o garantía de sentido. Lo archivable no es lo estable, sino lo que insiste, lo que vuelve, lo que deja huella aun sin saber por qué. En ese punto, el libro no busca iluminar el proceso para fijarlo, sino para mostrar sus zonas opacas, sus grietas, sus restos.
La pregunta que se instala no es cómo ordenar el material, sino qué dejar que se escape. Qué no se puede —ni se debe— nombrar del todo. Qué parte del proceso necesita permanecer abierta para seguir produciendo sentido.

Las herramientas como fricción
Zuain propone diez herramientas para investigar. No funcionan como recetas ni como pasos a seguir, sino como fricciones metodológicas. Cada una exige un movimiento interno: rastrear, recolectar, detenerse, volver a empezar, pensar desde el espacio, habitar el tiempo como material.
“Herramienta N.º 1: el archivo atrae, reúne y organiza materiales sin necesidad de un método previo” (Zuain, 2025, pp. 56–57).
Estas herramientas no prometen eficacia ni resultados medibles. Por el contrario, insisten en la incomodidad del proceso, en la imposibilidad de controlar del todo lo que aparece. Investigar es, aquí, aceptar el extravío como parte constitutiva del camino.
En ese sentido, el libro no valida prácticas previas: las desafía. Obliga a justificar cada mirada, cada verbo, cada decisión, no desde un formalismo externo, sino desde una práctica situada. Incluso exige asumir que investigar es también perder el control, dejar que el método se vea afectado por aquello que observa.

El método como deriva

Reconocer que una práctica no nace de una fórmula sino de una serie de intuiciones prolongadas en el tiempo —pruebas, errores, cuerpos que pasan, talleres que transforman— aparece como uno de los gestos más potentes del libro. Zuain devuelve al método su origen inestable: lo que se construye mientras sucede.
A partir de esta lectura, emergen preguntas que no buscan cerrarse:
¿Hasta qué punto nombrar es también fijar?
¿Qué parte del proceso necesita permanecer abierta?
¿Qué silencios aún no han sido registrados?
El libro no ofrece respuestas definitivas. Acompaña sin guiar, interroga sin clausurar. Su escritura —más cercana a una bitácora que a un tratado— habilita una forma honesta de pensar la investigación como práctica viva, atravesada por el tiempo, el cuerpo y la experiencia.
Salir transformada
No puedo leer Investigar modos de investigar sin que algo en mi propio modo de investigar se sacuda. Eso es justamente lo que agradezco. No busco un manual, sino un texto que friccione, que incomode, que obligue a volver a preguntar. Zuain propone una ética de la investigación basada en la atención, la deriva y la escucha. Leerla es aceptar que el método no está dado de antemano, sino que se mueve con quien investiga.
*Nota final:
Esta lectura se entrelaza con mis prácticas actuales de observación y registro del movimiento, reunidas bajo el nombre SORM (Sistema de Observación y Lectura del Movimiento). Ese territorio —que funciona como método vivo, atención y deriva— será desarrollado en una próxima publicación.
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