La materialidad y la sensibilidad en Cuerpos como rayos en la tormenta descienden (2024) de Elías G. Basualdo.
- Matías Mansilla
- 18 jul
- 5 Min. de lectura
Actualizado: 23 sept
-Matías Mansilla
Lo primero que llama la atención cuando uno se topa con este título de Elías G. Basualdo es su condición de objeto-libro. En las manos relampaguea un ejemplar que primero debe ser explorado en sus partes antes de ser leído.

Por “partes” me refiero a los elementos que pertenecen a la dimensión del objeto. Acá, todo cuenta: la ilustración de tapa que viene agarrada al libro y que debe ser desplegada para apreciarse en toda su magia; el texto de contratapa que se encuentra detrás de la ilustración; los textos en hoja suelta que enmarcan al libro en un continuo de escritos que se abrazan; las ilustraciones bellísimas que pueblan algunas de las páginas; algún cambio de color en las letras según el capítulo; junto a la textura del lomo. Todo se une para dar lugar a un objeto único. La materialidad, en este sentido, es otra dimensión de la propuesta estética de Cuerpos como rayos en la tormenta descienden.
Personalmente, me maravilla encontrar libros en donde esta dimensión está tan cuidada. En un mundo en donde los libros están acostumbrados a aparecerse como blocs de hojas con una tapa seductora, o bien, como archivo PDF facilitado por algún amigo, creo que es interesante –y osado– apostar por construir un objeto-libro. Una especie de artefacto que, como tal, no agote su propuesta en lo argumental, sino que explore otras formas de producir una experiencia estética. Formas que se reflejan en un “¡oh!” al ver el azul de la ilustración de tapa o en una sonrisa al sentir la textura del lomo.
Igualmente, todas estas “partes” del libro son desmontables. Podemos dejar a un lado los textos en hoja suelta y la ilustración para entonces quedarnos solo con el texto de Basualdo. El montaje de las partes es a cielo abierto: está todo en frente de nosotros. Es por ello que podemos elegir qué parte apreciar en qué momento. Recién en ese punto, atravesamos la dimensión del objeto y entramos a la historia.
Cuerpos como rayos en la tormenta descienden se divide en dos partes: poesía y narrativa. Con un estilo adaptable, Basualdo despliega un lenguaje ágil y sensible, a partir del cual construye imágenes que se impregnan en la mente con la nitidez de una fotografía. De esa manera, cada texto será un poema o será un relato según lo que la historia pida. Será un poema si requiere una exploración más evocativa de lo sensible. Será un relato si requiere de la concreción de la narrativa para ordenar los hechos y explorar sus ligaduras.
Por todo esto, es seguro afirmar que Basualdo se mueve ágil entre lo poético y lo narrativo. Así, si bien el tono se mantiene a lo largo del libro, la poesía y la narrativa se anudan de la forma más brillante cuando se trata de imágenes contrapuestas. Como ejemplo de esto, en un poema se puede leer:
“Tus ojos colgantes
como puentes luminosos:
dos círculos inundados de calma.”
Mientras, varias páginas después, en el final narrado de un pipero de barrio, aparece la oscuridad contrapuesta:
“En sus ojos miro, puedo ver a través de ellos la noche intacta, un velo que cubre toda la angustia que queremos ocultar, guerra de botellas, frío, bicarbonato, un amor fallido, una familia que se fue. Malas decisiones.”
Este tipo de imágenes conviven en un libro que tiene la particularidad de poder albergar una multiplicidad de sentidos. Por eso, a lo largo de la lectura, uno puede ir desde la abstracción de una imagen hasta el momento final de un personaje.
En este ir y venir, elijo leer los textos del libro como textos que poco a poco van armando una visión del mundo: la de su autor. Se trata de una mirada que es atravesada por amores, familiares, amigos, conocidos, lugares, historias y lenguajes. Cada texto va explorando, a su forma, esas dimensiones. Dicho de otra manera, todos los poemas y todos los relatos colaboran en el armado de una misma perspectiva, sin importar las contraposiciones de imágenes, la diversidad de lugares, de personajes o de historias. Todo tiene lugar en el libro.

Así, verso a verso y párrafo a párrafo, somos llevados de la mano por Basualdo a través de la noche y el ruido en la ciudad, el día en el barrio, el amor que se vuelve extraño y se deshace en ofrendas, las historias de personajes que señalan caminos de perdición o de oscuridad, entre otros elementos que conforman una visión del mundo más general.
Si se sigue leyendo en esta línea, vamos a poder ir encontrando a lo largo del libro ciertas “posibilidades” de diálogo entre los textos. El relato “Putrefacción” podría estar dialogando con los poemas “Adaptarse” y “Crímenes” en torno a la ciudad, con sus recovecos oscuros, sus ruidos y cierta pasividad nocturna. También se podrán encontrar diálogos entre textos respecto al amor que se convierte en recuerdo, en “Extrañeza” y “Amor sintético”, por ejemplo. En cualquier caso, descubrir otros diálogos ocultos será la tarea –o el divertimento, en realidad– de los próximos lectores del libro.
Para terminar, dos cosas. En primer lugar, al momento de mi lectura pude notar una especie de proceso expansivo. Esto es que, desde el primer texto hasta el último, el libro parece ir abarcando cada vez más cosas. Desde núcleos sensibles en los poemas hasta las historias de personajes como el pobre Pomo, el excéntrico Nazir o el loco Polverito, por mencionar algunos. En esta línea, me surgió una interrogante: ¿y si existe una tercera sección del libro?
Más allá de la parte de poesía y la parte de narrativa. Tal vez, la exploración que se hace a lo largo del libro puede abarcar tres momentos en la construcción de una perspectiva más general. Si esto es así, podríamos encontrar un primer momento de abordaje de los núcleos sensibles, un segundo momento de anclaje de esos núcleos a un orden de hechos concreto y un tercer momento de contacto más cercano con otros personajes, lugares y lenguajes. Es solo una interrogante, pero creo que la lectura llama a pensar en clave de esas instancias.
En segundo lugar –y por si después de este paseo rápido por el libro no quedó claro–, no quiero dejar de recomendar Cuerpos como rayos en la tormenta descienden. Creo que es un libro que vale la pena tener en todos los sentidos, por lo bello que es como objeto y porque convierte la relectura en un redescubrimiento. Vale la pena volver al libro regularmente y volver a identificarse de alguna forma con su sensibilidad. Esto es así, porque cada uno de sus poemas y cada uno de sus cuentos están hechos para ser redescubiertos, todas las veces que sean posibles.
Cuerpos como rayos en tormenta descienden
Autor: Elías G. Basualdo
Editorial: Universidad Provincial de Córdoba Ediciones
Registro ISBN: 978-631-6530-17-2
Idioma de edición: Castellano
Número de páginas: 86
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