Un cuerpo que escribe entre las calles y Plantas de interior: Teatro, danza, rituales de encuentro. ¿Qué te pasa a vos?
Actualizado: hace 2 días
Plantas de interior, en Timbre 4, viernes 23:15. Sexta temporada.
Por Jezabel Amin
Según Sol Rodríguez Seoane: seis personajes peculiares agrupados en un pequeño departamento de microcentro establecen imperceptibles lazos de amor en pequeños gestos cotidianos. A lo largo de un año, algunos de ellos crecen en forma desmedida, otros permanecen inmutables, y otros se dejan marchitar. Plantas de interior es una obra que habla de los pequeños cambios en la vida de las personas, cambios que solo son perceptibles con el paso del tiempo. Habla del amor que está presente entre ellos, aunque a veces, no lo demuestren lo suficiente.

Domingo 09 de marzo, 2025
Escribo después de la marcha de ayer, la marcha de febrero, la de diciembre y así para atrás y para adelante. Este miércoles 12 en el Congreso, los jubilados. Por ejemplo. Escribo pensando las calles y las obras, las danzas y mis amores podridos. Plantas de interior me hizo pensar otra vez en las relaciones entre lo público y lo privado. Lo singular, lo plural, lo íntimo, lo común.
No fui educada para manifestarme, casi todo lo contrario. ¿Le habrá pasado así a Emiliana¹? Milei y mis cuarenta años marcan el límite de mi silencio. Y aunque no esté segura de si me van a publicar, ni si sirve para alguien la entrega de energía desde mi cuerpo al teclado, escribo. Todos los días. Soy fiel al procedimiento que sembró mi maestro Luis Gruss en su ingenua discípula en el año 2009². Esta insistencia cotidiana no me garantiza resultados, pero me hace sentir acompañada. Corro un riesgo. Puede que el espejo que abre la escritura en mis intestinos sea falso, que esté roto, que en lo hondo del vacío de una hoja en blanco descubra que todo es una simulación llena de caca. Estoy leyendo a Artaud y me desboco por el planeta no tan dulce ni tan suave de nombrar. Y es que ya sabemos de la desigualdad, la pobreza, el hambre, las guerras. Hablo en plural porque me afectó la consigna que leí llegando a Plaza de Mayo: “no estás sola”. Y porque el teatro y otras prácticas artísticas me vienen enseñando eso.
Ojalá sea verdad que no estoy sola. A veces así lo sienten mis huesos.
En una hora voy a tener una charla con dos de los integrantes de Plantas de interior. La vi el viernes 28 de febrero, un día de lluvia y depresión. Andaba con energía torpemente baja, me costó llegar, pero llegué. En Timbre 4 pude sentir el alivio en mi ánimo por estar en un lugar con otras personas (a veces pasa eso). Entrar a la sala, ver la puesta, lxs actores en escena ya siendo otrxs. Lxs espectadores llegando, las sillas, mirar alrededor. El teatro es una de las rituales sociales que me hace respirar mejor, la danza también.
A veces me imagino ficciones y las padezco. Porque a nadie le importa que, si estoy ahí, allá, si estudio teatro, tango, medicina, si soy alguien o la nada misma, si soy la autora, la creación de la autora, la hija, la madre, la amiga. Algo aprendí en teatro: somos muchxs y puedo dejar de pelearme con eso. Puedo permitirme ser muchxs yo(es) y jugar sin censura con la multiplicidad que me habita y habito. Respiro mejor. Hace unos días escuché en F.A.C.E.: “la patria es el otre”. Quiero creer. No siempre puedo. Pero quiero creer. Intento cuidar la vida, también en nombre de los muertos. Los que están, los que van a venir. Por eso voy al teatro, por eso bailo también.
Uno de los personajes de la obra. ¿A ustedes también les pasa que hacen relaciones de la propia vida con ficciones? ¿Cómo componemos identidad en relación a las prácticas artísticas?
Ecos del Proyecto Ana, mi autoficción iniciada en 2009.
Un “yo” también es “otrx”. Que quiere aprender a cuidarme, a cuidar, a amar cada día mejor. No siempre puedo. Cuando siento que me hundo retomo conocimientos de autocuidado, también soy planta de interior. Vuelvo a la semisupina, a recordar que tengo columna, que tiene sus curvas, que, si dejo reposar el peso de la musculatura hacia el piso, pensando en mis anchos, sintiendo las plantas de los pies y los hombros lejos el uno del otro, si vuelvo a conectar con mi unidad psicofísica dándome un tiempo de observación en clave inhibición, algo cambia. Me siento acompañada. Pero me resulta también tan claro que, si no puedo compartir lo que sé, voy a implosionar. Por eso mejor mejor marchar y seguir en diálogo con las obras y lxs artistas. Escuchando, intentando ser escuchada. Soy una militante de las prácticas artísticas. La amplificación de la conciencia que me regalaron las artes escénicas, la técnica Alexander, me da esperanzas para seguir caminando. Seguir, sin negar que el mundo está siendo violado. Seguir, sin negar las violaciones en mi familia. Seguir. Después de haber denunciado la monstruosidad y que nada haya cambiado, después de haber confesado mi amor y que nada haya pasado, después de haber regalado mi vida y que nada haya pasado. ¿El universo incesante e infinito es indiferente? Al desborde del “yo” poético, sin duda. Pausa. Porque quiero seguir creciendo, pausa.
Otra vez, lo que desquicia a mis editores. Iba a hablar de una obra, de una marcha y salí a defenderme de los fantasmas. Es que la experiencia de mundo de unos ojos-dedos que necesitan narrar casi todo es así. ¿Tengo que pedir perdón? No pretendas captar toda la información en una sola mirada, por favor. Aunque sé que tengo que entrenar el foco, juego con el fondo, hondo y profundo. Los que acercan su nariz a veces, tienen miedo de perderse y corren despavoridos. ¡No me ames por favor!
Paro de escribir. Necesito que algo no cambie. O que todo cambie. ¿Será lo mismo?
22:50 pm, después de escuchar y dialogar con parte del elenco de Plantas de interior, vuelvo a regar el teclado. Tener horas de espacio vacío es un tesoro hermoso y el cuerpo que escribe prefiere regalarse. No tengo familia que atender el domingo. O sí, son los artistas.
El año pasado entrevisté a Cristina Parpaglione para aprender de alguien que tiene bastantes más años que yo en el mundo de la actuación. La conocí gracias al seminario de teatro físico de Matías Bassi, donde vivimos la experiencia Pirovano. Unos días de trabajo, un montaje, una muestra, unas ganas de hacer obra que quedaron aplastadas por una serie de eventos desafortunados. ¿Qué pasa con las obras que no llegan a nacer?
Pero volvamos a Plantas de interior. Entre ella, Agustín Friedt y Facundo Tablar, me cuentan parte de la historia de la obra que para mis oídos nace bajo el título: “hagamos algo”. En plena pandemia, una mujer que insiste en crear. Ella, un deseo que empuja. Cristina vuelve a decir que el teatro es su vida. Resueno con su manera, también con su emoción. Mujeres de acción que hacen brotar vida en un terreno de muerte.
Un deseo que se hace proyecto, que se hace obra, una nueva realidad posible en una sala. Una ficción que crea otra trayectoria de sentires que sigue paseando por otrxs cuerpos. Porque cuando están ahí, cuando los veo, cuando veo mucho de los enredos de lo privado siendo público, mi vida también se convierte en otra cosa. Ver, hacer teatro, es como bailar para mí, como escribir, como mis ganas de tocar y ser tocada. ¡Artes Vivas! Ahora me siento poseída por el deseo infinito y mi respiración cambia de forma. Son casi las 5 am. Lunes 10 de marzo. Ansiedad, angustia, estoy en la cama con el velador encendido, sigo escribiendo.

Ensayo en agosto del 2021. ¡Nacen obras en la pandemia! El teatro que nos permite seguir cuidando el despliegue de la vida.
Voy hacia los apuntes. Plantas de interior, Plantas de interior, los vínculos, saber crecer. Es otra de las obras con las que me despierto dialogando. Somos permeables y el mundo está sufriendo. Tal vez por eso a veces cuesta tanto estar bien. ¿El bienestar también se practica? ¿Venimos para ser felices? ¿Cómo estás hoy?
Estrenaron en 2021. Este 2025 van por la sexta temporada. Un entramado de ganas permitió que un sueño exista. La magia del teatro da lugar a la sinergia humana creadora y nos deja volver a jugar. Lector: usted entenderá que juego a entrar y salir, a hacerme parte de un grupo. Juego refugiarme en un rincón y observar desde el margen. Entro en el renglón y me derrito, me encanta perderme a veces. Muerte y resurrección.
Lector usted entenderá que estoy jugando.
Y es en serio. Pero no tenga miedo. Viajemos juntxs.
Lxs artistas me dijeron que les da mucha alegría estar en la casa que los formó como actores. Timbre 4 parece ser un gran lugar. Muchas personas me han hablado bien de esta escuela. Pasa lo que pasa en otras, gente que se acerca, comparte una práctica, se entusiasma, surgen amistades, amores, afinidades, rivalidades supongo también. Pienso en las milongas, en una en particular. El teatro y el tango son espacios de pertenencia. Espacios de reparación, de contención, transformación. La historia de la humanidad que intenta encontrarse, que se atrae y se rechaza, que trabaja para poder permanecer en vínculo y a veces nos cuesta tanto. ¿Cómo hacemos? ¿Dónde nos relacionamos con otrxs? ¿Puede ser en las marchas? ¿En las plazas también? ¿A través de una revista?
Cristina, Agustín, Facundo dicen que el teatro es vida, es la posibilidad de ser otrx, la posibilidad de volver a jugar, de poder reconocer la fragilidad, de estar ahí, el aquí-ahora. ¡Es como bailar entonces! Actuo bailando, bailo actuando. ¿Soy un musical? No no, no es eso. Artes Vivas, deseo, fuego en acción.
En estas hojas intento defender el teatro independiente, el comercial, el cotidiano, las salas de ensayo, las clases, la autogestión, lxs artistas, las danzas por la vida, las milongas, el folklore, el tango. Por eso el miércoles 12, Congreso, también ir con lxs jubiladxs. Aunque me sienta planta de interior a veces, porque estar a salvo en espacio seguro es parte de mi autocuidado, también necesito asomarme. Cuidar adentro, cuidar afuera. La vida es diálogo, es relación… relaciones. Dentro de una sala escuché decir a uno de mis interlocutores más amado ¡fuera!
¡Allá voy! ¿Vamos?
Plantas de Interior. Autoría: Sol Rodríguez Seoane Actúan: Jazmín Jeanette Casaux,
Julia Ferreiro, Agustín Friedt, Martin Lerner, Cristina Parpaglione, Facundo Tablar
Vestuario: Jazmín Jeanette Casaux Diseño de escenografía: Aye Del Valle
Diseño de luces: Aye Del Valle
Realización de escenografía: Jesus Mendez Redes Sociales: Julia Gel
Música original: Ximena Antonio, Nicolás Ehrenhaus
Comunicación: Julia Gel Diseño gráfico: Nadia Aylén Del Valle
Asistencia de dirección: Paz Ramos
Producción: Cooperativa Plantas De Interior
Dirección: Aye Del Valle
*Esta nota se terminó de escribir el martes 11, antes de la brutal represión del miércoles 12.