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Familia, conflicto y transformación. Sobre "Parteaguas"

Actualizado: 29 jul.

Por Yamila Juara


“Todas las familias felices se parecen, pero cada familia infeliz lo es a su manera.” Sin embargo, resulta irónico lo mucho que pueden parecerse nuestras disfuncionalidades. El domingo 6 de julio fui al teatro Nün a ver Parteaguas y encontré, honestamente, mucho más de lo que esperaba.


Parteaguas
PH: Manuela Díaz Lima. Edit.: Mariné

Julieta vive en la casa que pertenecía a su madre, antes de su muerte. La historia comienza cuando recibe la visita de Fede, su hermano, a quien no ha visto desde el día del velorio. Él, con nervios; ella, con bronca. Juntos deben resolver qué hacer con la casa: no hay papeles, no hay dinero. Vender o no vender, quedarse o irse. Quieren y no quieren, no lo saben bien. Pero ninguna decisión se toma sola, ni sin conflicto, y mucho menos en familia.


Para desequilibrar aún más esta balanza, se suman dos personajes más: Martín, el novio de Juli, y Mica, la inquilina. Martín es alguien de quien desconfiamos al principio. Su introducción en la trama se da a través de una discusión entre Juli y Fede. Sabemos que él no está convencido de su carácter ni de su capacidad, y de algún modo, sentimos que Juli tampoco lo está. En sus primeras interacciones, vemos a alguien que sabe hablar y convencer, pero no necesariamente leer el ambiente. Habla con grandes palabras, pero sin demasiado fundamento. Si bien es evidente que le falta madurar en muchos aspectos, podemos vislumbrar en él momentos de sincera vulnerabilidad. Mica, la inquilina, es otra historia. No vemos mucho de ella al principio, y su posición en la disputa familiar es tangencial; simplemente quiere mantener su espacio. Es animada y extrovertida, y enriquece la obra con sus interacciones con los demás personajes. Son especialmente sus interacciones con Fede las que la hacen brillar. Dos extraños habitando el mismo espacio. Mica vive donde Fede creció, un lugar que ella quiere conservar y del que él huyó. Ella convive con una familia con la que él no puede reconectar. ¿Quién es el extraño aquí?


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Cada personaje está profundamente construido, desde su forma de hablar hasta su vocabulario y gestos. La interpretación de los actores es meticulosa y atrapante. Se puede ver, desde el primer momento, su talento y entrenamiento al servicio de la caracterización. En particular, he de resaltar la corporalidad de cada uno y el trabajo de Malena Martín con la coreografía. Escenas enteras son llevadas por el movimiento. No se trata solo de desplazarse, gesticular o incluso bailar. Hay un trabajo de pensar en el mensaje que transmite la posición y el movimiento del cuerpo, y el diálogo físico sirve para acentuar aún más el texto. Los cambios coreográficos también ayudan a marcar la diferencia entre el momento poético y aquel más realista.


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Hay otros elementos que permiten que la representación se desvíe de lo estrictamente cotidiano y realista. La música y la iluminación trabajan en armonía para sacar todo de eje, aunque solo un poco, presentando, por unos segundos, otra dimensión. Un paisaje más onírico donde la metáfora se hace concreta. Ya hemos mencionado cómo la corporalidad coreografiada de los actores en estos momentos contribuye a crear esa escena desplazada, y la técnica de luces y sonido está tan bien pensada como ejecutada, logrando que estos espacios no parezcan fuera de lugar. Lo que podría haber roto la verosimilitud nos sumerge en un trance aún mayor.



Es maravilloso encontrarse con una pieza artística que logra atrapar a su audiencia desde el primer momento y mantenerla suspendida en la fantasía hasta el final. Tuve el placer de sentirlo por mí misma y verlo replicado en la sala. La electricidad en el aire de un público cautivo. Es el tipo de arte que no solo te afecta con su contenido, sino que su presentación te inspira a crear algo nuevo, algo que provoque lo mismo, a mantener viva esta ola expansiva. Este es el efecto de una representación auténtica.




Parteaguas
PH: Manuela Díaz Lima. Edit.: Mariné

"Parteaguas: Momento o hecho decisivo que marca la diferencia entre un momento y el siguiente." ¿Es este momento la llegada del hermano? ¿La venta de la casa? ¿La muerte de la madre? La obra en su totalidad puede tomarse como el estado de tensión previo al cambio. O tal vez sea mejor describirla como la presión generada por la resistencia humana al cambio natural, devastador e irrefrenable.


Nos cuesta soltar y dejar ir, incluso aquello que ya se ha ido. Aferrarnos al fantasma de lo que alguna vez fue es tan tóxico como inevitable. A veces hace falta que nos arranquen a la fuerza de nuestro lugar seguro, porque este ya no existe. Tenemos suerte entonces en que los lugares se construyen tanto o más de lo que se los destruye. En que el proceso es difícil, pero el peso se puede compartir. En que ninguna decisión se toma sin conflicto, pero tampoco solos. Y mucho menos en familia.

Parteaguas. Dramaturgia: Federico Pezet Dirección: Federico Pezet, Maga Rosu Actúan: Julieta de Moura, Federico Rojas, Martín Lacour, Micaela Brillo Composición musical: Agustín Frumento Calloni Colaboración coreográfica: Malena Martín Colaboración escenográfica: Agustín Justo Yoshimoto Diseño de Iluminación: José Binetti Diseño Gráfico: Mora Fumberg Producción: Compañía La Vigilia, Maga Rosu Prensa: Prensópolis Dia de Función: 6/07/2025 Teatro: Nün teatro Bar Ciudad: Capital Federal País: Argentina


Funciones durante todo el mes de agosto: Domingos a las 17 30.


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