Somos puntos en un mapa: Deseos, delirios y persecuciones en “Hace Mucho que no Duermo”
- Santiago Migdal

 - 13 oct
 - 3 Min. de lectura
 
Por Santiago Migdal
Hace mucho que no duermo. Dirección: Agustín Godoy / Guion: Agustín Godoy / Fotografía: Inés Duacastella Países: Argentina, Colombia / Año 2022 / Género: Comedia, Acción Duración: 91 minutos / Idioma: español Elenco: Agustín Gagliardi, Agustina Rudi, Ailín Salas, Marcelo Pozzi, Mateo Pérez.

Afiche de la película: Hace mucho que no duermo
La secuencia inicial de “Hace Mucho que no Duermo” (2022) es desconcertante y profundamente inmersiva. Una mochila enigmática, cerrada con candados y portadora de un misterio, circula de mano en mano entre un grupo de personajes que atraviesan la ciudad de Buenos Aires a toda velocidad. El objetivo es todavía indescifrable, pero está bien que así lo sea. El mundo en el que viven es una ciudad exactamente igual que la nuestra, pero es completamente distinta. Así surgen preguntas y se construye la extrañeza. ¿Quién es el tipo vestido con ropa deportiva? ¿Quién es la mujer que participa de la acción mientras carga a su bebe? ¿Cuál es la mente que organiza a esta red de individuos? ¿Cuál es el objetivo? Y por, sobre todo, ¿Qué rol ocupa la mochila en este universo? Definitivamente, el universo es la mochila y la mochila es el todo.
Sin embargo, el sistema de engranajes planteado por este -ya mencionado- extraño universo, puede cometer errores. Y por culpa de él, ella, o alguno de los individuos involucrados, la mochila es entregada por error a nuestro protagonista: un oficinista extremadamente ordinario que necesita horas de sueño.

Fotograma de Hace mucho que no duermo (intervenido)
Así se inaugura un relato coreográfico, atravesado por persecuciones, encuentros con enemigos y otras rarezas, sesiones de hipnosis y una historia de amor. Filmada en planos rigurosos y muy atrapantes, la ópera prima de Agustin Godoy cumple con su cometido y deja en evidencia que la comedia absurda, con rasgos del “screwball comedy” de Howard Hawks y Peter Bogdanovich, es un terreno con muchísimo espacio de exploración y reflexión. Los individuos no son más que individuos. Son puntos en un mapa, carentes de un discurso propio siendo parte de un sistema misterioso, violento y por, sobre todo, confuso. La confusión juega un papel clave y bipolar: es comedia pura, comedia de enredos y persecuciones difusas. Pero en el otro polo, la confusión es un elemento necesario para que un sistema pueda trabajar y, por ende, para que todo este universo absurdo pueda existir.

Fotograma de Hace mucho que no duermo
A medida que veía la película me hacía la misma pregunta varias veces: ¿qué tan alejados estamos del universo que plantea “Hace Mucho que no Duermo”? Con muchísima sutileza y espacio para pensar, la película va tejiendo un entramado que termina generando justamente eso: la ficción no es muy distinta a la realidad en la que vivimos. Tal como lo hizo Hugo Santiago en la maravillosa “Invasión” (1969) basada en una historia de Adolfo Bioy Casares y Jorge Luis Borges, la ficción es solo una herramienta para hacernos comprender nuestro entramado social. ¿Acaso solo somos puntos en un mapa sin dirección alguna?
En conclusión, “Hace Mucho que no Duermo” es otro ejemplo más de un guion ingenioso, muy atrapante, que fluye rápidamente y se detiene en momentos de incertidumbre. Nuestro protagonista sigue a una mochila, pero en él habitan muchísimas incertidumbres y deseos que se plasman conforme va avanzando el relato.
La película se encuentra disponible en estrenos de Cine Ar Play.
.png)




Comentarios